miércoles, 9 de enero de 2013

Pedro Páramo de Juan Rulfo, pág. 34

¿Por qué aquella mirada se volvía valiente ante la resignación? Qué le costaba a él perdonar, cuando era tan fácil decir una palabra o dos, o cien palabras si éstas fueras necesarias para salvar el alma. ¿Qué sabía él del Cielo y del Infierno? Y sin embargo, él, perdido en un pueblo sin nombre, sabía los que habían merecido el Cielo.

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